La bienvenida

Para qué hablar cuando no hay nada que decir.

Frase del Día

"Mientras no elijas, tendrás la oportunidad de hacer lo que quieras"

Las posibles vidas de MrNobody

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jueves, 30 de septiembre de 2010

Frivolidades aparte

Un hombre caminaba, mirada al frente decidido y sin titubeo alguno. Su objetivo lo tenía muy claro, no debía dudar, sabía que no debía. Él caminaba entre edificios grandes, altos. Tan altos, que el cielo no era mas que una quimera para el soñador.
Su objetivo, un acto. Su vida, le iba en hacerlo.

Tenía muy claro que lo que debía hacer tendría grandes consecuencias, y que quizás serían graves para muchos, para otros no tanto. Pero su necesidad de demostrarlo era inevitable. Sabía que si dudaba, mas que fuera un segundo, no lo lograría. Pero ya era tarde para dudar. Su ideología, su filosofía, su religión no se lo permitían.

Paso firme entre tanta multitud. Él los miraba, se compadecía y le entristecía que sus vidas estuvieran marcadas por los que muchos llaman destino, otro simplemente casualidad. Mientras, en su cabeza sonaba una sinfonía de recuerdos, de añoranzas mezcladas con un adagio a la ironía.
Su objetivo estaba cerca, cada vez más cerca. Tanto que su mirada, que en un principio era pobre y fría, se había llenado de luz y claridad, esperando la llamada. Su llamada celestial, esa con la que el mundo, o parte de ella se vería obnubilada.

Y por fin llegó. Ese momento, ese instante y el acto fue consumado. No hubo dudas en su interior, su conciencia quedó tranquila, no tenía más que alegría en su rostro. Sin embargo, no todo es lo que parece.
Ese acto consumado no tuvo trascendencia en algunos lugares. Sin embargo, una gran mayoría si quedó consternada. Su acto llenó portadas de periódicos y de telediarios, quienes se jactaban de contar la noticia como Día de Juicio Final. Sus familiares no entendían que había pasado, no era el hombre que habían conocido.

Desde la más lejanía, donde quiera que estuviera nuestro hombre de mirada firme ya no sonreía, no estaba como antes. Su acto le dió la razón a él. Su acto, no tuvo más que una gran trascendencia, mayor que a un acto terrorista, a una guerra en zona conflictiva. Mucha más que la muerte de cientos de niños cada equis tiempo.

Su mirada tornó en desesperación por la raza humana, y desde su más profundo ser pensó: "Cuánta desesperación, no hay más frivolidad que el duro llanto de un niño hambriento y cuyo llanto se vea ensombrecido por ínfimas situaciones que llamamos cotidianeidad. Si yo losé no nazco..."

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Largo y vasto

Odio tener que decirlo, odio tener que admitirlo. Sigo un camino, largo y vasto. Tal que mi mirada no alcanza a ver el final, a veces creo que no tiene. Este camino al que sigo andando no existe compañía. Solamente me debo a ese solitario ente, o cosa, llamada sombra. No espero más de ella que me siga tras de mí en este camino vasto, largo, sinuoso, rocoso, empedrado, inclinado costoso, y más adjetivos que por muchos que ponga no alcanzarían a hacerse una idea.

Este camino, que repito es largo, ya he recorrido una gran parte de ella, nuevamente solo con la compañía de mi sombra, tan callada como de costumbre, tan larga y elegante como siempre. Sin embargo, aun me queda por recorrer, por aprender, por ver.

Es quizás el sino de una vida este recorrido o simplemente la guía para encontrar ese ser, ese lugar, ese algo. La verdad nose qué es lo que busco en este camino. Para muchos es una persona, persona con quien compartir su vida y dejar por fin atrás definitivamente y como mero expectante a su sombra; para otros es un lugar donde evadirse y sentirse tal y como desea, no como son en la realidad.

No espero encontrar acompañante en mi camino, ni mucho menos salirme de él. Lo único que quiero es terminarlo cuanto antes, llegar a ese final, aunque, a veces, sepa que no hay final para este camino. Lo único que tiene este camino, que repito es largo, es el propio temor a uno mismo y quizás aquí es donde la cultura hace de guía. Ese enriquecimiento cultural es la guía de tal camino que espero acabe yo antes con él que él conmigo, pues es tan largo que ya empiezo cansarme…

Y no es este cansancio consecuencia del trabajo, es consecuencia de una inutulidad llamada verdad, que no da de comer, no da beber y mucho menos satisface a nadie. Solo el camino de la cultura, el camino ausente de emoción y sentimiento es el camino que me concierne. Años dicen que se tarda en darse cuenta uno para lo que sirve, y para lo que no. Ya me di cuenta, y años costó es cierto. Por eso cansa, porque uno se da cuenta y empieza a enteder que su camino, al cual seguía construyendo, no era el que suyo verdadero, que su vereda era equívoca. Es destello de la oscuridad.

Locura de una ceguera (I )

Dicen que las personas, en algún momento de su vida, se detienen y reflexionan. Miran atrás, al tiempo que ya pasó, aquel que nos dejó atrás. Dicen que todo aquello que nos sucede se queda guardado en nuestra memoria y que, a veces, en nuestros pequeños momentos de debilidad, y muy humanos, afloran, emergen y son un recordatorio.

Muchos son los individuos - llamémoslos así, individuos - que inmersos en su desdén, su añoranza de algo nuevo se pierden, se distorsionan. Quizás, su propio ego, ese que te mantiene de pie cuando has sentido tu espalda torcer ante tu propio fracaso, es el que se agota. Ese ego al que todos llamamos orgullo aunque otros prefieren llamarlo tesón (aunque en realidad ese designio no viene al caso) es efímero, tal como un día vino a ti, otro día más tarde o mas temprano, desaparece, se esfuma. Es quizás aquí su ceguera.

Llamamos ceguera a la distorsión de su propia realidad, cuando su ego, su orgullo, su tesón, han desaparecido y nos creamos a nosotros mismos, un sueño. Y en realidad, no nos damos cuenta de que vivimos un sueño hasta que nos despertamos y vemos que algo, en nosotros o nuestro alrededor, no cuadra.

Es simple la ecuación de quienes cubiertos de oro (no oro verdadero obviamente, sino de su propio triunfo) y quienes en la cúspide de su autoestima, caen estrepitosamente y en ese momento son, o deciden ser, ciegos de su yo verdadero, de su situación y esa ceguera conduce a su propio final. No es la muerte quien dicta el final de la ceguera sino el despertar del sueño, que para muchos su realidad es una pesadilla. Es, la locura de una ceguera



Huellas...

No trates de justificar tus actos, pues no son más que la huella de tu camino en esta vida. Dicen que quienes hullen, son cobardes. Dicen que quienes se plantan ante la adversidad y luchan por ella, son valientes. Pero no son más que huellas en nuestro camino.
Nacimos hace varios años (unos más que otros). Empezamos siendo seres flácidos, sin conciencia, y sin recuerdos. Veíamos el mundo como un lugar nuevo, innovador y curioso; ya habíamos dejado la oscuridad paro centrarnos en esto, en el Mundo.

Después de varios meses, dicen que aprendimos a caminar - si es que no lo sabíamos ya. Y ese acto de erguir nuestro cuerpo, es fuente de felicidad manifiesta en quienes nos crearon, que dicen ser nuestros padres, protectores de nuestra vida. Esa felicidad es una huella, un momento de recuerdos para la posteridad, porque es la señal de nuestra Evolución.

Sin embargo, en nuestra vida, todas las huellas que vamos dejando en este camino no son huellas tan sencillas o tan alegres como esperamos. Unas son huellas clavadas en nuestro interior que determinan nuestra psicología y nuestro enfoque. Hablamos de quienes en actos de rebeldía, por una causa u otra, ven en la desgracia ajena su propia felicidad, y aunque duela decirlo, su propia satisfacción. Estas huellas, que más que huellas son cicatrices abiertas, intentando supurar.

Ahora bien, en este mundo hay dos caras en la moneda. Huellas que rompen una vida y huellas que trastocan para bien o para mal nuestro camino distorsionándolo, o como viene siendo habitual, creándonos atajos. Atajos que tarde o temprano se romperán.
Esas huellas siempre serán recordadas por quienes quieran recordarlas o por quienes quieran olvidarlas y eso mismo les hace recordar y sufrir.
Sin embargo, debemos entener estas huellas como nuestro propio reflejo de la vida. Esas huellas somos nosotros, nuestra interacción con el terreno y los demás. Por ello, una vida significa más que nuestro nombre, edad y DNI. Una vida es la unión de la misma, es la interrelación entre muchos otros seres que, como nosotros, también aprendieron a caminar. Aunque a veces esa interrelación no sea beneficiosa, pero es así es la vida y esa será siempre su cruz. Porque la cara, la ponemos nosotros.

martes, 28 de septiembre de 2010

La Fuerza del Mar

Intrépidos los barcos desafiando los surcos del agua. Intrépidos quienes cruzan a nado el Estrecho. Intrépidos todos aquellos que ven al mar como una simple masa de agua, cuando antaño, en tiempos que predominaban la oratoria y el vasallaje, no había elemento más temido por el hombre que el Mar. Dice la RAE (Real Academia Española de la Lengua) que el mar es la masa de agua salada que cubre la mayor parte de la superficie de la Tierra. Y cierto es, pero me permito discrepar.

El hombre, animal sabedor de la supervivencia, conocedor del fuego y la palabra. El hombre, ese ser que fue capaz de dominarse a sí mismo, de dominar a los demás seres que poblaban el mundo. Incluso, ese ser de carne blanquecina ó negra, ese ser de cuerpo erguido se multiplicó y dominó el Mundo a su antojo y como le venía en gana. Bueno, todo no.
El único escollo que encuentra el hombre en sus años de historia es el agua, el mar, el Oceáno. Da igual cómo lo llamemos, da igual en qué idioma lo digamos; porque siempre el mar ha sido el gran rival del hombre.

Neptuno fue el que representaba la fuerza del mar, ese hombre que manejaba las aguas, producía olas y que de vez en cuando tragaba todo cuando se le pusiera por delante. Aquí esta el hombre, sumido a la fuerza indomable, pues aún no hemos sido capaces de domarlo.
Podemos captar energía del agua, podemos surcar los mares, incluso podemos moldear la superficie del mismo, pero no podemos vivir en ella.

Somos incapaces de parar esa rabia marina que convierte al hombre en un ser inferior, lo arrastra hasta la condición de animal. Sí, diremos que podemosponer trabas, pero ¿y qué?. El agua, el mar como hemos dicho es infinito, es eterno, su fuerza es inagotable y su condición de elemento potente y casi demoledor es fruto de la fuerza interna de la Tierra. Por ello el hombre, no es más que un pequeño juguete en esta Tierra, y nuestro error aquí se halla.

Nos hemos creído dueños y señores del Planeta Tierra, sin embargo nosotros somos vasallos de ella, porque sin la Tierra no somos más que polvo, somos dúctiles al mundo, no el mundo a nosotros. Por ello, el hombre, como ser indiscutible de la Evolución creería ser todopoderoso, pero ese poderío es una minucia, es ridícula.
Hombres de siglo XXI, dueños de lo terrenal, pero temerosos del gran charco azul, del que nos da la vida y nos la puede quitar. Temorosos somos y no queremos reconocerlo.


lunes, 27 de septiembre de 2010

No es el engaño de yugo roto

No es el engaño de yugo roto,
sino el profundo crugir de la mañana,
crepitar de su dulce cantico que agoto.

Sueñan quienes ven su verdad africana,
no le dolerá el montaje de su cruel montura,
y,
no redoblará los tambores de mi presencia cercana.

corren los vientos de su llanto en amagura,
esperada por su endeble y loca sombra,
no por añorada sensacion de su bravura,
corrió el caballo en busca de esa triste figura.

se terminó la verdad del añejo árbol que labra,
la luz de un lugar vasto por moneda de ducado,
y rompió su mañana de la luna emborrachado,
que no conoce derrota del verde yugo abusado.



El silencio, la mejor respuesta

Debería responder a todas aquellas preguntas que realizas, pero en tu error te encuentras cuando crees que te debo algo, que debo darte una explicación, cuando no la necesitas. Dicen que "quien calla otorga". Yo no voy a hacer menos.

He dado cuanto he podido, he visto cuando he querido y he hecho más de lo que yo esperaba. No se puede pretender tener todo a su control, no pretendas ser lo que no eres. Preguntas y más preguntas, pero y ¿para qué responder?. No hace falta decir "sí" o decir "no" o decir aquello, pues es una pérdida de tiempo. Tiempo que no tenemos y tiempo que no voy a desperdiciar.

Miro al frente, no miro atrás ni mucho menos te miro. Dije muchas cosas, equivocado estaba, ahora lo entiendo y hago propósito de enmienda. Si pequé de decir mucho, ahora ni peco ni soy la gloria de lo correcto. Simplemente hago lo que debería haber hecho mucho tiempo, callar.
Callar, es el verbo del silencio y yo hago uso de él y me da mucho más que lo que pudieras dar. Ahora bien, dicen que no siempre se es lo que se quiere, y ahí ya no entro yo, porque para analizar tus problemas, ya tengo los míos propios, que quieras que no son bastantes.

Bravo por darte cuenta, aplaudo tu inestimable capacidad deductora a la que tardaste en ver. Aplaudo también, por tu cobardía, pues no hay palabras más cobardes que las que se dicen y se dejan en el aire sin posibilidad de respuesta, aunque como repito no iba a dartela.
Entre tanta parafernalia espero no tener que volver a actuar, porque cansa. Realmente cansa.

Yo hago y deshago cuanto está en mi mano, todas las decisiones las tomo en consecuencia de mi verdad, y como has podido observar no hay cabida en ella para esa cosa que bastante gente sabe que o quien es.
Podría seguir escribiendo y escribiendo. Incluso podría hacer un ensayo sobre el silencio, que como sabes es un arte el saber entender esa ausencia de sonido y darse cuenta de las cosas, porque para muchos es esencial en la vida, una es la mía. Por ello, finalizar ya con la única cosa que se hacer, callar y seguir para adelante. Deberías entenderlo, hay poco tiempo y tengo que aprovecharlo, pues antes no lo hacía.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Ayer soñé con el viento

Ayer soñé con el viento. Al principio no sabía de dónde venía ese susurro plácido, lento y tardío. Ese cosquilleo detrás de la oreja, indicaba que estaba detrás mía, pero otro murmullo en la lejanía me decía que no, que estaba equivocado. Sin embargo, es dificil conocer la dirección del viento, cuando su cuerpo, su volumen y por qué no su estado, ocupan tal espacio que ni la mente humana - grande por genética e ínfima por uso- es capaz de ponerle imagen.

El viento, palabra abstracta. No somos capaces de verlo, pero lo sentimos, incluso llegamos a oírlo. Esto, no es más que la simplificación de la racionalidad humana, de su ser íntimo, de ese al que todos escondemos y encerramos a bajo llave. Esa racionalidad, que nada tiene que ver con el Racionalismo en que todo viene dado por la "razón", sino que es el estigma de que nuestro ser, nuestro yo, nuestro todo es magnánime y unánime al mismo tiempo. Es de todos. Esta racionalidad, obliga al hombre a creer en algo que no ve, pero si oye y siente.

Sueños, palabra abstracta. los sueños son el reflejo del subsconsciente del hombre (y la mujer, por si alguien se molesta). Los sueños, son la verdad, el deseo, el anhelo, la realidad de lo que uno posee en su interior. Diremos que no es cierto, y lo repetiremos cuantas veces haga falta para callar a esa vocecita, pero todos sabemos que nos engañamos.

Por eso, he soñado con el viento. Le he visto, le oído y le he sentido. Ahora les toca al resto de las personas.
He soñado con el viento y me ha dicho: "la verdad no existe"